lunes, 5 de mayo de 2014

UNA HISTORIA QUE NOS ALIENTA A INICIAR EL CAMBIO



“El vestido azul”


En un pueblo pobre, cercano a una gran ciudad brasileña, vivía una nena de unos 6 años muy bonita, pero iba a la escuela con el pelo desprolijo y la ropa muy descuidada. Su madre evidentemente no se esmeraba en su arreglo y su maestra de primer grado, día a día, veía apenada el aspecto de la chiquita. - ¿Cómo una nena tan linda y agradable puede venir a la escuela tan desarreglada? Pensaba…

Al mes siguiente cuando cobró el sueldo, aunque ella también tenía sus propias necesidades, fue a comprarle a su pequeña alumna un vestido nuevo. Al día siguiente cuando llegó a la escuela, lo primero que hizo fue ponerle a la nena un bonito vestido azul.

Cuando la madre la vio llegar a casa con aquel precioso vestido azul, pensó que con aquella ropa su hija no podría andar con el pelo sucio y las uñas descuidadas. Y a partir de ese día, la bañó diariamente, peinándola con unas preciosas trenzas, de moños también azules.

Ese mismo fin de semana, el padre dijo: “mujer, me da vergüenza que nuestra niña sea tan bonita y esté tan bien arreglada viviendo en un lugar que se está cayendo a pedazos. ¿Qué te parece si arreglamos la casa?... yo en los ratos libres voy a pintar las paredes y arreglar el cerco, tú ocúpate del jardín”.

Al comienzo de la primavera siguiente, la casa ya se destacaba del resto por su prolijidad y las floridas plantas que adornaban el jardín de césped verde y recortado. Los vecinos estaban avergonzados de que sus casas se vieran tan descuidadas y aunque el dinero no sobraba, decidieron mejorarlas con un poco de pintura y mucha creatividad. Y así, poco a poco el barrio entero se fue transformando.

Un día, asombrado por el cambio, un señor de otro pueblo que diariamente pasaba por allí con su auto camino al trabajo en la ciudad, le comentó la metamorfosis de ese pueblo a un amigo que trabajaba en el diario local. El hombre fue hasta allí, sacó fotos, habló con los vecinos y publicó una interesante nota sobre el increíble cambio del barrio.

Entonces la noticia llegó al intendente, que pensó que esos vecinos merecían alguna ayuda del municipio y firmó una autorización para la formación de una comisión que estudiase las obras públicas que eran necesarias en ese lugar. Al poco tiempo las cuadrillas municipales pusieron más alumbrado público e instalaron el gas. Y luego de unos pocos meses las calles del barrio fueron asfaltadas. Al ocurrir esto, una línea de micros decidió incluir al pueblo en su nuevo recorrido.

Y pensar que todo esto empezó por un vestido azul.

No fue la intensión de la maestra cambiar el vecindario, ni asfaltar las calles, ni poner el gas. Ella sólo hizo lo que pudo hacer de su parte. Fue el primer movimiento que acabó haciendo que otras personas se motivasen y se movieran para mejorar.

¿Cada uno de nosotros está seguro de estar haciendo “su parte” en el lugar donde vive o trabaja?

¿O somos de aquellos que sólo “vemos” los baches, los chicos de la calle y la violencia en todas partes?

Pensemos que es muy difícil cambiar el estado total de las cosas…

Que es difícil limpiar toda la cuadra, pero que es más fácil barrer nuestra vereda…

Que es difícil reconstruir todo un pueblo, pero que es posible regalar un vestido azul…


Castro Santander, Alejandro, Analfabetismo emocional. Editorial Bonum. 2005.

Este libro es una invitación para que sea la misma escuela la que realice una propuesta superadora a partir de la formación de la competencia social.